El debate sobre la importancia de las medidas de sostenibilidad no es algo nuevo ni ajeno tanto a planificadores como el resto de profesionales implicados en la Salud Pública y en la Atención Sanitararia. Ya antes de la crisis del 2008 y a partir de esta época, comienzan a proliferar trabajos donde se reconoce que, en los últimos 25 años, el desarrollo de los Sistemas de Salud en Europa ha permitido mejorar las condiciones de accesibilidad, equidad y universalidad pero es necesario implementar fórmulas de gestión que permitan seguir respondiendo de una manera eficiente a los problemas de salud de nuestra población[i]. Todo ello pasa por reorientar a la organización hacia unos objetivos, de acuerdo con un entorno concreto, a través de un proceso en el que se comprometen la dirección, los profesionales y el tejido social de la organización[ii]. En este contexto, la comunicación es entendida como una función de carácter estratégico para la institución y la interpretación de la información, como un medio para generar conocimiento con el fin de mejorar los procesos de la organización. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) va ligada estrechamente a esta idea de gestión continuada y se entiende como nuevos modos de tratar la información de acuerdo a los principios de transparencia, verificabilidad, corresponsabilidad y materialidad, es decir teniendo en cuenta las necesidades y expectativas de las partes interesadas en la toma de decisiones, así como el impacto directo e indirecto de sus actividades en las dimensiones Ambiental, Social y Económica. La RSC se relaciona con un concepto más amplio de Sostenibilidad que el que, de manera ‘reduccionista’, se pretende utilizar actualmente.
La Sostenibilidad se entiende como aquella característica o estado según el cual pueden satisfacerse las necesidades de la población actual y local sin comprometer la capacidad de generaciones futuras o de poblaciones de otras regiones de satisfacer sus necesidades.[iii] Dicha definición se asumió en el Principio 3º de la Declaración de Río (1992). El desarrollo sostenible implica por definición, la consideración no solo desde el punto de vista económico, sino social y el ecológico.

Gráfico 1. Esquema de los tres pilares del desarrollo sostenible.
Los retos culturales, como la creatividad, el conocimiento crítico, la diversidad y la belleza son presupuestos imprescindibles de la sostenibilidad, pues están intrínsecamente relacionados con el desarrollo humano y la libertad. De ahí que la organización mundial de ciudades (CGLU) aprobara una Declaración en 2010 sobre la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible[iv].
El concepto de Salud es definido por la Organización Mundial de La Salud (OMS) como ‘un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades’[v]. La definición no ha sido modificada desde 1948, aunque actualmente la salud se explica desde el proceso adaptativo del hombre a su medio físico y social. Hay gran cantidad de autores que están de acuerdo en considerar la salud como un fenómeno psico-biológico, social, dinámico, relativo y muy variable de adaptación al medio natural, socioeconómico y cultural, en la cual influyen los llamados determinantes de salud. Por tanto, si queremos seguir mejorando las condiciones de Salud, tenemos que trabajar por un desarrollo Sostenible en Sanidad.
La crisis debiera dar la posibilidad de romper con la lógica mercantilista, a veces ilógica, actual. La nueva lógica a construir debería integrar la situación ecológica, erradicar las diferentes formas de opresión (racial, patriarcal…) y promover los bienes comunes. Para esto, hay que construir un amplio frente anticrisis, tanto a escala europea como localmente, a fin de reunir las energías para crear una correlación de fuerzas favorable a la puesta en práctica de soluciones radicales centradas en la justicia social y climática.
Bajo estos planteamientos, conviene preguntarse: El Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones,¿será capaz de garantizar la sostenibilidad en el sentido auténtico, no solo en lo económico, sino en cuanto a justicia social e impacto ambiental?. El impacto de las medidas adicionales, tendrá que evaluarse, si queremos seguir actuando con rigor y utilizando la autoevaluacion como medio para el progreso.
La semántica de las palabras ha ido variando secularmente, a veces en función de aspectos estéticos. En estos tiempos de cambios rápidos, en los que se repiten consigas como ‘hay que desaprender’ , o ‘hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’, los profesionales nos sentimos frente a una gran incertidumbre, ni siquiera sabemos cuales son nuestras posibilidades, o por qué tenemos que desaprender y no evolucionar con los tiempos y el conocimiento. La semántica de la palabra ‘sostenibilidad’ parece haber quedado reducida a un concepto similar al de ‘sustentabilidad’ o ‘austeridad’. Ahora bien, si creemos en la importancia de la sostenibilidad, apoyada en los cuatro pilares (económico, ambiental, social, y conocimiento), debemos comprometernos por conocer nuestra realidad, saber lo que está pasando y que medios tenemos para encaminarnos a un verdadero desarrollo sostenible.
[i] Repullo, J.R. y Freire, J.M. Relaciones contractuales de los profesionales médicos en los sistemas públicos de salud en países europeos seleccionados. Documento elaborado para la Consejería de Salud y Bienestar Social de Castilla la Mancha, mayo 2009. Patrocinado por el ISCIII, la Fcsaip, y la FISCAM.
[ii] Friedman M. Cómo curar la sanidad. Revista de Humanidades Médicas 2003; 1: 80-112.
[iii] Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambie nte y el Desarrollo (Comisión Brundtland): Nuestro Futuro Común. ONU (11/12/87).
https://daccessdds.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/521/06/IMG/NR052106.pdf?OpenElement
[iv] Declaración en 2010 sobre la cultura como cuarto pilar de desarrollo. https://agenda21culture.net/index.php?option=com_content&view=article&id=44&Itemid=58&lang=es
[v] Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Conferencia Sanitaria Internacional. Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948.



Según el “Instituto Español de Resiliencia”, esta capacidad permite mantener “una sensación de control frente a los acontecimientos desfavorables y mayor capacidad para afrontar retos”.







